lunes, 11 de abril de 2011

Compiten farmacéuticas por vacuna contra Rotavirus

Por Fabiola Nieto


A principios de la década de los noventa escuchar el diagnóstico, en México, por Rotavirus era una noticia ensombrecedora. En esa época las hospitalizaciones por el virus llegaban a 4 mil niños por mes. Hoy ya se cuenta con dos vacunas que prometen detener su avance.


El Rotavirus fue identificado por primera vez en humanos en 1973 en Bishop, Australia. La enfermedad por este virus es una de las causas más importantes de morbi-mortalidad por diarrea a nivel mundial y que produce, según la Organización Panamericana de Salud (OPS), 600 mil muertes al año, de las cuales 82 por ciento suceden en países en vías de desarrollo.
En América Latina, México ocupa el segundo lugar junto con Argentina en incidencia del virus, es decir, presenta 54 casos por cada 100 mil personas al año –de acuerdo con el informe final de la OPS Sobre la Implementación de la Vigilancia Epidemiológica del Rotavirus 2003-2005– aun cuando nuestro país ha experimentado una importante reducción en la frecuencia de diarrea en menores de cinco años, lo cual significa un promedio mensual de alrededor de mil 200 a 300 casos.
Y es que en las comunidades rurales y en los sectores de bajos recursos los episodios diarreicos iniciales causados por el Rotavirus se siguen asociando, en primera instancia, con infecciones estomacales leves que se tratan de manera equivocada con la automedicación, lo cual induce a la pérdida de horas valiosas para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Según la doctora María Guadalupe Miranda Novales, jefa del Departamento de Infectología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, por esta razón es de suma importancia conocer la diferencia entre la diarrea normal y la diarrea provocada por Rotavirus, ya que en el caso de éste “la diarrea es explosiva, con evacuaciones acuosas sin sangre, hasta veinte episodios por día, vómito de intensidad variable, y muchas veces se refieren casos de vómito incontrolable, además de fiebre, en un alto porcentaje, elevada (39° C) y dolor abdominal”.
A las pocas horas de presentar síntomas, el pequeño atacado por el Rotavirus, queda sin fuerzas y en estado de laxitud completa, ojos hundidos, además de que no muestra interés por ningún evento. Es durante esta etapa cuando los cuidados deben extremarse, y la deshidratación debe ser combatida minuto a minuto, ya que es por ésta que pueden sobrevenir complicaciones, e incluso la muerte.
El Rotavirus es un virus que se autolimita, es decir, “después de la etapa crítica que comprende de tres a cinco días el virus desaparece”, dice el pediatra Juan Carlos Moreno, de Médica Sur. No existen medicamentos específicos para tratar la enfermedad, el principal tratamiento es la hidratación constante; la hospitalización ocurre sólo cuando el niño ya no puede ni siquiera hidratarse por sí mismo y es necesario administrarle el suero por vía intravenosa.
La prevención puede resultar complicada ya que alrededor del 90 por ciento de los niños sufrirán por el Rotavirus antes de cumplir los tres años de edad, debido a que la vía común de transmisión es por el aire, aunque también se puede localizar en alimentos contaminados con heces, y se ha observado que durante la época de invierno aumenta la tasa de niños que contagiados con el virus.
De acuerdo con el informe final de la OPS Sobre la Implementación de la Vigilancia Epidemiológica del Rotavirus 2003-2005, el costo promedio de atención médica por individuo se ha incrementado hasta llegar a 670 dólares, erogado en un 86 por ciento por las instituciones de salud, mientras que la familia paga el porcentaje restante, por lo que resultaba de imperiosa necesidad una vacuna efectiva para abatir el mal.
Hasta hace dos años no se contaba con una vacuna para combatir el Rotavirus. Luego del fracaso de "RothaShield", de Wyeth Pharmaceutical, misma que tuvo que ser retirada en 1999 –nueve meses después de su autorización– cuando se comprobó que cien niños de cada millón tratados sufrieron una dolorosa, y en un caso fatal, obstrucción intestinal.
No fue sino hasta enero del 2005 cuando la empresa Glaxo Smith and Kline (GSK), luego de invertir más de quinientos millones de dólares en investigación, lanzó al mercado mexicano Rotarix, vacuna que despertó polémica porque fue aprobada por los organismos de salud mexicanos sin ser probada antes por la Federal Drug Administration (FDA), organismo que marca los parámetros de calidad en los medicamentos a nivel mundial.
Aunque Rotarix, vacuna que tiene un costo aproximado de mil pesos en el sector privado, no ha presentado ningún efecto adverso en la población infantil mexicana a la que ha sido administrada, GSK prefiere esperar a que se distribuya en toda Latinoamérica antes de someterla a evaluación ante la FDA.
Por lo pronto, el medicamento RotaTeq de la empresa farmacéutica Merck, será la competencia directa de Rotarix. Aunque Merck, a diferencia de GSK, después de 15 años de investigaciones decidió seguir el proceso normal y ha sometido su vacuna a la aprobación de la FDA antes de lanzarla al mercado, con excelentes resultados, dados a conocer a principios de este año en un estudio publicado en el New England Journal of Medicine.
En dicho estudio, que comenzó en 2001, y se aplicó a 70 mil infantes de 11 naciones –entre las que se encuentran Estados Unidos, Bélgica, Costa Rica, Finlandia, Alemania, Guatemala, Italia, Jamaica, México, Suecia Y Taiwán– de entre seis y 12 semanas, se encontró que Rotateq previene el 98 por ciento de los casos severos de gastroenteritis provocados por el Rotavirus, una respuesta sin paralelo comparado con el 85 por ciento de efectividad de Rotarix. Según Javier Báez-Villaseñor, gerente médico de Infectología de Merck Sharp And Dome, pronto podremos gozar de Rota Teq en México.

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