lunes, 11 de abril de 2011

Autismo,entre la ciencia y la charlatanería


La enajenación autista del mundo humano es un desafío serio, pues nuestro mundo no sería propiamente humano si aceptara pasivamente la existencia de seres que, siendo humanos, son ajenos.”
Angel Riviére.

Por Fabiola Nieto
El término autista es bien conocido entre la población, seguramente hay quienes se aventuren a explicar en qué consiste, pero lo cierto es que de las alteraciones del desarrollo es la más compleja de todas; es incluso más frecuente que el Síndrome de Down. El autismo se presenta desde el primer año de vida y afecta cuatro veces más a los hombres que a las mujeres.



Hasta ahora no se conoce una cura para el autismo, y las investigaciones para encontrarla “siguen girando alrededor del área de la genética, de los trastornos bioquímicos, de las estructuras cerebrales, de los factores ambientales, entre otros”, dice Edna García de Martínez, Presidenta de la Federación Latinoamericana de Autismo y Miembro plenario de la Organización Mundial de Autismo.
Debido a que el autismo tiene su origen en varios factores (hoy se sabe que tan sólo en algunos casos intervienen hasta 20 genes en el desorden) según el doctor Carlos Marcín Salazar, Director de la Clínica Mexicana de Autismo y Alteraciones del Desarrollo, “se identifican varios tipos de autismo, desde el familiar, hasta el purínico, y por tanto, cada tipo de autismo debe ser tratado de manera diferente”.
Desgraciadamente durante los últimos años, laboratorios y delfinarios, entre otros lugares, han venido promocionado terapias alternativas catalogadas casi como milagrosas, que funcionan para todos los casos, pero que “no tienen más que una pura intención mercantilista”, denuncia el doctor Carlos Marcín, quien aconseja que primero es necesario informarse para no ser objeto de charlatanerías.
El retroceso inesperado

Quien padece este síndrome nace como un niño sano, pero va presentando progresivamente retrocesos en su desarrollo. A veces desde el primer año de vida se comienzan a ver las señales de alarma, como llorar sin razón, inseguridad en los movimientos, carencia de tono muscular, incapacidad para extender los brazos hacia otras personas u objetos y desinterés total de interés hacia los demás, incluyendo a la propia mamá.
En los peores casos, los síntomas progresan hasta que quedan hundidos en su propio mundo, unos dejan de hablar de por vida, otros presentan ecolalia, es decir, repiten lo que escuchan, actúan como si fueran sordos y realizan movimientos repetitivos como aleteo de manos; se agreden a sí mismos y desarrollan actividades dispares, como memorizar enormes sumas, sin embargo están invalidados para atrapar una simple pelota.
Existe otra clase de autismo que por su sintomatología parece la otra cara de la moneda. Son los autistas con alto nivel intelectual, quienes incluso llegan a ir a la universidad, pero siempre se manejan a cierta distancia de los demás, es decir, son retraídos y de alguna manera viven aislados en su propio mundo. “Es muy raro el caso del autista de alto nivel intelectual que llega a casarse, porque ellos no están necesitados de una persona a su lado, de amar a alguien. Necesitan afecto pero no igual al que necesitamos nosotros. El niño autista aunque sea de alto nivel intelectual, seguirá siendo autista toda su vida”, explica el doctor Marcín.
Por esto el diagnóstico debe ser oportuno “ya que hay testimonios que mencionan avances significativos cuando se les ofrece, tempranamente, un plan educativo individualizado y estructurado” dice Edna García; de lo contrario, “éstos llegan a convertirse en pacientes psiquiátricos”, declara Marcín Salazar.
En los países de Latinoamérica “se calcula que por cada 500 nacimientos, hay un niño autista”, según Edna García de Martínez. Sin embargo, en otros países que cuentan con mayor información y oportunidad de diagnóstico y detección temprana, las cifras son alarmantes“, como en el caso de Estados Unidos en donde se registra uno por cada 166 niños que nacen”.
El panorama en México no es muy halagador en lo que a intervención psicopedagógica y diagnóstico se refiere. Existen intentos, pero en la mayoría de los casos “éstos solamente se encaminan a la mera modificación conductual; al abordaje fenomenológico de la atmósfera psicodinámica que rodea al autista”, dice la psicóloga Mirna Bernal Román, del Laboratorio de Cognición y Desarrollo de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Terapias: mitos y realidades

Lo cierto es que de las terapias formales, las psicoeducacionales son las más efectivas, ya que se fomenta la memoria de los niños autistas, pues aunque ellos tienen buena memoria, es sólo de impacto, ya que en su mente queda registrado sólo aquello que vieron o escucharon y que los dejó impactados, por lo que se busca que todo lo que se les enseña “tenga funcionalidad y sentido, pero sobre todo una motivación”.
“Digamos que este modelo es el conductual modificado, ya que antes era muy mecánico, muy artificial; hacía que los niños aprendieran, pero de una manera muy rígida, nosotros manejamos el mismo principio de las teorías del aprendizaje en donde se dice que las personas aprendemos por las consecuencias positivas que tiene lo que hacemos. Antes, a los autistas se les aplicaban técnicas punitivas para que abandonaran sus conductas extrañas”, precisa Marcín.
Como este tratamiento es casi de por vida, hay personas que optan por las llamadas terapias alternativas en busca de mejores y más rápidos resultados. De éstas, la mejor es la equinoterapia. “Yo traje la equinoterapia hace 25 años, y es estupenda ya que pone al niño más dispuesto a colaborar. Lo estimulas a hablar para decir el nombre del caballo o los ruidos que se hacen para hacerlo avanzar o detenerse, lo metes de lleno en una terapia sensorial y conductual”.
En lo tocante a la delfinoterapia, el doctor Salazar realizó dos investigaciones de las cuales concluyó que aunque se dice que los delfines emiten un microsonido que ayuda a generar cambios bioquímicos en el cerebro de los niños autistas poniéndolos en estado de relajación, no hubo una mejor respuesta, ya que el niño se comportó igual con y sin delfines, además “en todo caso lo que nosotros necesitamos en un niño autista no es relajar su sistema nervioso central, sino al contrario, alertarlo para que responda bien”, declara Marcín.
Sin embargo, a partir de que se acabó el negocio para los delfinarios basado en las visitas para ver a los delfines, ahora se explota el concepto de la curación a través de éstos “te cobran por diez sesiones de diez minutos cada una, el costo va de diez a doce mil pesos y si no se cura el niño te dicen que faltan otras diez sesiones”, declara molesto Marcín.
Por otro lado, ya que algunos niños autistas han presentado candidiasis, es decir, un hongo que afecta la absorción de los nutrientes, el intestino no puede descomponer la cadena de proteínas de nutrientes de los alimentos que regularmente llegan al sistema gastrointestinal, principalmente de alimentos como la leche, trigo, gluten y caseína. Por esta razón se han comenzado a manejar dietas estrictas que quitan estos alimentos, pero que se complementan con suplementos alimenticios que venden algunos laboratorios en paquetes de dos mil o tres mil pesos.
Es cierto que después de estudios clínicos rigurosos “se ha detectado que alimentos, como la leche, el trigo, el gluten y la caseína no se descomponen por lo que se convierten en casio morfina y gluten morfina, una especie de tóxicos que equivaldría a la toxicidad de una droga en el niño. Esa es una de las causas por las que el niño autista no pone atención, no obedece, tiene alterados sus sentidos y esto limita el aprendizaje, la comunicación y todo lo demás”, informa Marcín.
Pero por desgracia algunos laboratorios han manejado que este desorden lo padecen todos los niños autistas para incrementar sus ventas y con ello sus ganancias. “La verdad es que aquéllos que han llevado esta dieta y estos suplementos, durante dos o tres años, avanzan un poquito, pero se han manipulado algunos testimonios de varias mamás que los promocionan como milagrosos, y pues hay que tener cuidado porque se está abusando” finaliza el doctor Carlos.

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