lunes, 11 de abril de 2011

Asperger, síndrome inadvertido

Por Fabiola Nieto

Uno de cada diez niños autistas es diagnosticado con Síndrome de Asperger, un padecimiento que por sus características pasa inadvertido por la sociedad. Sin embargo, se calcula que en Estados Unidos el 30 por ciento de la población en las prisiones padecen este síndrome. En México, el efecto de este síndrome aún no ha sido cuantificado.



El Síndrome de Asperger forma parte del espectro autista, no obstante, permite a quienes lo padecen pasar por alguien relativamente normal en sociedad. Es una enfermedad que rara vez se presenta y que obtuvo su carácter clínico apenas en la década de los noventa, sin embargo, se sospecha que personalidades como el pintor renacentista Miguel Ángel o el físico Albert Einstein lo padecían.
En México, de los dos millones de discapacitados por problemas neuropsiquiátricos, uno por ciento padece autismo y por cada diez ellos, uno es diagnosticado con Síndrome de Asperger. “La prevalencia es mínima y es sumamente raro encontrar un niño Asperger, por esta razón quienes padecen la enfermedad son diagnosticados erróneamente como niños con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad”, dice el doctor Carlos Marcín Salazar, presidente de la Clínica Mexicana de Autismo y Alteraciones del Desarrollo A.C.
Como la enfermedad “está en boga” se busca mucha información en internet, “de pronto son muchos los supuestos casos que se registran en diversas escuelas de donde vienen a pedirnos apoyo”, dice Patricia Morales González, directora del Centro Educativo Domus, uno de los dos centros privados que se dedican al tratamiento del autismo y Asperger en la ciudad de México, “pero la realidad termina siendo otra” explica.
Para el doctor Marcín “es sumamente difícil encontrar un especialista con la capacidad para diagnosticar a estos chicos”. Sin ayuda gubernamental es todavía peor: “Si yo voy con el secretario de salud y le digo: no estamos haciendo nada por los Asperger, me contestaría ´es que no hay, son muy poquitos, no los vemos, y tenemos millones de niños de la calle, además de los niños con cáncer”, explica Marcín Salazar.
Sin embargo, el resultado de un niño Asperger sin diagnóstico ni tratamiento, es un delincuente en potencia, según palabras del especialista, ya que tiene características de un sociópata sin serlo, entre las cuales, vemos: una conducta extremosa, falta de empatía a su entorno, un grado de inteligencia superior, no sigue las normas sociales, sólo le importa lo que él siente y no le importa lo que le pase a los demás, esto debido a que no desarrolla una resonancia afectiva, sin ser por esto precisamente malo; además, se obsesiona con temas específicos.
Un caso que ilustra uno de estos rasgos es el de Juan Pablo, un pequeño de sólo diez años. Un día, ya para irse a la escuela, escucha que su papá le pide a su mamá que tome el auto para llevar a Juan Pablo a la escuela. Ella se niega y le explica a su esposo que hacía mucho tiempo que no manejaba y que no tenía licencia, sin embargo, termina accediendo. Juan Pablo, quien escucha todo, no quiere subir al auto, pero es obligado. Ya en camino, el auto se detiene en un semáforo donde Juan Pablo ve una patrulla, presuroso abre la ventanilla y empieza a gritar “auxilio, auxilio, esta mujer me quiere matar”, por lo que el policía detiene a la mamá. Mientras éste la interroga, Juan Pablo le informa a voz en cuello “no tiene licencia, no sabe manejar, esta señora me va a matar”.
El doctor Morcín, quien trata específicamente el caso de este niño, dice “la conclusión de Juan Pablo la obtiene en un sentido muy literal porque al relacionar los datos dice `ella hace mucho que no maneja, no tiene licencia para manejar, por lo tanto, ella me va a matar`. Fue un razonamiento de una mente muy inflexible, al grado que no le importó que la policía le fuera a hacer algo a su mamá”.
Estos incidentes pueden aumentar de nivel, al grado de causar situaciones insospechadas, las cuales, deben ser sorteadas por los padres de Juan Pablo todos los días. De no ser tratado, además de ser un chico “raro”, también sería tildado de problemático, desarmonizando cada vez más en todos los ámbitos.
“En Estados Unidos se calcula que el 30 por ciento de la población de las prisiones tiene trastornos con TDAH o Aspergers”, informa Morcín Salazar. En México, nuestras cárceles deben estar por el estilo, “pero ni idea tenemos”, señala. Por un lado está la pobreza, que no da para mantener un psicólogo durante varias horas al día acompañando al niño en sus actividades para supervisarlo y orientarlo. A un psicoterapeuta que atienda la parte emocional del paciente y lo ayude a entender su problema, que es lo más importante y, finalmente, las visitas diarias a un centro privado para su evaluación.
Por otro lado, está la ignorancia. Es más fácil tachar de “raro, loco o inmaduro” a un chico de 17 años que todavía quiere pasar el mayor número de horas posible de sus días dibujando tarjetitas o hablando sólo de dinosaurios. Este aspecto se puede combatir con el perfecto conocimiento de la enfermedad, para al menos no aislarlo, humillarlo o excluirlo debido a sus conductas incompresibles.
En el Hospital de Psiquiatría Juan M. Navarro, del sector salud, se encuentra, con sus limitaciones, la sección de autismo, donde se concentran los instrumentos necesarios para el diagnóstico correcto del Asperger. El doctor Jorge Escoto Moret, coordinador de esta sección, dice “aquí hemos realizado un perfil cognitivo del Asperger, que tiene un tipo de inteligencia o pensamiento rígido; tomamos a varios Asperger y les aplicamos pruebas psicológicas que nos permitan tener el algoritmo es decir, la fórmula de cuales son las características de la inteligencia del Asperger”.
Y es que existe un común denominador entre ellos ya que, según estudios genéticos y neurocientíficos del doctor Simon Baron Cohen, de la Universidad de Cambridge –ayudado por el doctor Carlos Morcín Salazar– existen indicios de que tanto el autismo como el Síndrome de Asperger, responden a una combinación genética, es decir, no son producto de un gen como el Síndrome de Down. En ambos se reportan variantes de dos y hasta tres genes que pueden ser los responsables de estas enfermedades.
Carlos Morcín, que maneja más de diez instituciones dedicadas a tratar el autismo y Asperger en nuestro país, lamenta que no haya más instituciones especializadas en esta área: “nosotros nos formamos desde hace 20 años porque no había un programa que tuviera la fuerza suficiente para resolver estos problemas, hoy, seguimos igual, la oferta no cubre a la demanda, ahí te das cuenta de que las ONG´S somos el resultado de las deficiencias de cada gobierno”, finaliza.


MAS DATOS SOBRE ASPERGER: 
http://nuestrasalud.mx/contenido/index.php/2010/10/15/nuevos-datos-sobre-un-viejo-sindrome/

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