lunes, 11 de abril de 2011

Asbesto: bomba de tiempo

Por Fabiola Nieto

Ninguna dependencia gubernamental en México sabe exactamente cuántos obreros están expuestos al polvo de asbesto y por lo tanto, a sus graves consecuencias en la salud. Aunque se considera que son miles los trabajadores afectados si tomamos en cuenta al sector informal. Según la OMS Los efectos del asbesto son una bomba de tiempo que en poco menos de 20 años arrojará miles de enfermos de un tipo de cáncer grave llamado mesotelioma.



Las enfermedades respiratorias profesionales constituyen el 30 por ciento de todos los padecimientos relacionados con el trabajo, según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dado a conocer con motivo del Día Mundial Sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo en abril de 2004. De todas estas enfermedades el mesotelioma maligno es un tipo de cáncer de la pleura causado por las fibras del asbesto, es una de las más graves, y su tratamiento de los más costosos.
En México, el asbesto es utilizado para manufacturar más de tres mil productos, según lo informa la Coordinación de Minería, dependiente de la Secretaría de Economía. Desde la fabricación de balatas, láminas y tinacos, textiles, guantes, impermeabilizantes, elaboración de las cubiertas para cables eléctricos y sellos para la industria manufacturera, así como en la industria refinadora de azúcar, en las cubiertas de las calderas de miles de fábricas, aeropuertos, hasta en talleres de carpintería, utilizan este material.
unque la Secretaría de Economía asegura que por cuestiones ambientales, más que laborales, no se explota en nuestro país el asbesto, sí se importa de otros países para que sea maquilado por obreros mexicanos. De acuerdo con cifras de esta dependencia, Máxico importa asbesto o amianto en fibra y en roca, de cuatro países: Brasil, Canadá, Zimbawe y Sudáfrica. De estos cuatro países se importaron 10 mil 564 toneladas tan sólo entre 2003 y 2004. Después, los productos hechos se exportan principalmente a Estados Unidos.
La Organización Mundial de la Salud tiene identificado el asbesto como un elemento cancerígeno desde 1986. En Estados Unidos está prohibido desde entonces, sin embargo, México continúa su maquila sin que se tengan programas de prevención ni información para los trabajadores que están expuestos a este mineral fibroso, mucho menos una regulación en las empresas que eviten el contacto directo de los obreros con el material que maquilan.
Sin la menor idea

A pesar de estos antecedentes, el senador Genaro Borrego Estrada de la Comisión de Salud y Seguridad Social de la Cámara de Senadores, al preguntarle sobre la regulación de la maquila de asbesto es nuestro país, señaló de manera contundente: “no tengo absolutamente la menor idea”.
En los países en desarrollo no se tiene cuantificado el daño de la exposición a las fibras de asbesto, según el informe de la OIT, esto es debido a la ineficiencia o la inexistencia de mecanismos en materia de registro y notificación de los accidentes y las enfermedades del trabajo, así como el hecho de que la gran mayoría de los trabajadores se encuentran en el sector informal de la economía, sobre el cual, debido a su naturaleza, se dispone de muy pocos datos. En muchos países, las tecnologías y los procesos utilizados suelen ser obsoletos e intrínsecamente peligrosos, las medidas de control del polvo son inadecuadas y, por lo general, las concentraciones de polvo respirable son más altas que los límites de exposición aceptables.
Según la OIT, tan sólo en los países industrializados, como Japón y Australia, y en los que se encuentran en Europa Occidental y América del Norte, se estima que cada año hay 20 mil casos de cánceres de pulmón ocasionados por el asbesto y 10 mil casos de mesotelioma. En los países en desarrollo y en los que viven en transición, el problema es mucho más grave que en los industrializados, pues son decenas de millones los trabajadores que se desempeñan en las industrias primarias corrientes, tales como la construcción y la minería. Según la OIT se teme que entre los próximos 20 a 30 años el asbesto se convierta, en estos países, en una "bomba de tiempo" para la salud.
En México, estudios como el del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) dados a conocer en al año 2000, aseguran que un 80 por ciento de los casos de mesiotelioma que se sometieron a revisión por parte del organismo no arrojaron “ninguna relación directa de estos con la exposición al asbesto de 1991 a 1998”. Sin embargo, en el sexto informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2004, sobre “Cancerígenos ocupacionales” y la carga que estos representan a las naciones, informa que el mesiotelioma maligno está directamente relacionado con la exposición al asbesto.

La maestra en ciencias, Guadalupe Aguilar Madrid Jefa del Área de Calificación y Evaluación de las Enfermedades del Trabajo del IMSS opina que estudios como el del Instituto Nacional de Salud Pública se realizan “para justificar la presencia en nuestro país de las grandes transnacionales de la industria del asbesto al decir que esta fibra en los trabajadores y en población mexicana no produce cáncer.”


INVESTIGACIONES RECIENTES SOBRE EL ASBESTO:
 http://nuestrasalud.mx/contenido/?s=Asbesto

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