viernes, 8 de abril de 2011

Ritalín, negocio en auge


Por Fabiola Nieto

Ritalin es una droga administrada a niños diagnosticados con hiperactividad, sin embargo, en los últimos años se ha visto un drástico e indiscriminado aumento en su prescripción en México. ¿Los peligros?




Existen niños como José Manuel que se adelantan a dar respuestas sin que las preguntas estén terminadas, que pasan en un segundo de actividad intensa a completa calma, distraídos; que no pueden repetir algo que acaban de escuchar. Desde muy pequeño, José Manuel jugaba de manera tan impulsiva que no había cumplido los cuatro años cuando, sin medir el peligro, se arrojó de lo alto de las escaleras de su casa y resultó con una mano enyesada y diversas contusiones en el cráneo.




Cuando su profesora pidió que José Manuel abandonara la escuela para asistir a un centro de educación especial o, bien que comenzara a tomar algún medicamento para controlar su “problema”, Teresa, su madre, no supo qué hacer, sabía que Manuel contaba con las capacidades para una educación normal, pero al mismo tiempo aceptaba que existía algo distinto a los demás niños en su conducta. En lugar de cambiarlo o “sedarlo” Teresa Rojas buscó respuestas en el paidosiquiatra que tras diversos exámenes le diagnosticó a José Manuel Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA).

Este desorden lo padecen en México alrededor de 1.5 millones de niños, según estimaciones de la Secretaría de Salud, pero más de la mitad será diagnosticado con al menos tres años de retraso desperdiciado tiempo valioso para comprender el problema, tratar al niño y evitar daños a largo plazo, como inestabilidad emocional, escolar, autoestima baja, aislamiento social e inadaptación en la adolescencia que, en muchos casos termina en suicidio, según observa el paidosiquiatra Francisco Rafael de la Peña Olvera de la Academia Mexicana de Pediatría.

Esta situación se agrava ya que los especialistas que prestan atención a quienes padecen TDHA son escasos, su preparación es insuficiente y están mal distribuidos, existen solamente 700 neurólogos y 2 mil 700 psiquiatras, 150 de los neurólogos están especializados en neurología pediátrica y 200 de los psiquiatras en paidosicología, así lo admite la Secretaría de Salud en su Programa Específico de Trastorno por Déficit de Atención 2001- 2006.

Dado el escaso control de diagnóstico y la falta de preparación de los psicólogos de primer contacto en esta área, se ha registrado un indiscriminado aumento en la prescripción de las drogas para el control del TDHA llamadas Ritalin (metilfenidato) y Straterra (atomoxetina), este último contando con riesgo potencial de daño hepático grave, según advertencias de la Food and Drug Administration (FDA) y que son elaborados por laboratorios Novartis y Elly Lilly, respectivamente.
Diagnóstico equivocado

Si bien Ritalin cuenta ya con más de cuarenta años en el mercado, es hasta ahora que México registra el incremento del producto en el mercado farmacéutico, según palabras del diputado José Antonio Cabello Gil de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados “las prescripciones de este fármaco en 1993 llegaron a ser de un millón 300 mil pesos, en el año 1995 subió a cinco millones y para el año 2001 llegó hasta 21 millones”

Este aumento se debe a que no sólo los niños con TDHA están siendo tratados con Ritalin, sino también niños que cuentan con síntomas asociados con la enfermedad y que son diagnosticados de forma errónea como niños con Déficit de Atención, según datos de la Federación Mundial de la Salud.

Ritalin es un fármaco que tiene un periodo de adaptación en cada niño y varían los efectos que cada uno registrará, tales como nerviosismo, dolor de cabeza, arritmias, vómitos, somnolencia, mareo, calambres, exacerbación de tics ya existentes, convulsiones (sólo en lo que el niño de acostumbra al medicamento) pérdida de cabello, aumento de peso y retraso en el crecimiento según el Diccionario de Especialidades Farmacéuticas de la Facultad de Medicina de la UNAM.

A pesar de lo anterior, laboratorios Novartis mantiene el liderazgo absoluto en este tipo de drogas teniendo como principal mercado Estados Unidos donde produce y vende 90 por ciento de la producción del metilfenidato elemento activo de Ritalin, de acuerdo con datos obtenidos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo que además previene sobre la administración de este producto en niños menores de seis años y por lapsos mayores de tres años ya que se desconoce si éste causa adicción.
También es en Estados Unidos en donde se le acusa a los laboratorios Novartis de patrocinar asociaciones de padres con hijos con TDHA para promocionar los beneficios del Ritalin y eliminar evaluaciones médicas para prescribir nuevamente el fármaco y así incrementar sus ventas, según la prestigiosa revista científica The New Scientist.

En México, es Elly Lilly la empresa que a través de la Asociación Mexicana por el Déficit de Atención y Trastornos Asociados A.C. promueve en su página en internet un estudio patrocinado por esta farmacéutica en el cual se ponderan los beneficios de Straterra (atomoxetina), catalogándolo como el mejor medicamento del mercado para tratar este padecimiento y que además asegura no funciona como estimulante, pero sin mencionar su alto riesgo de hepatoxidad.

Dicho estudio, señala además que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad tiene un origen genético, cuando el investigador Oscar Alberto Campell Araujo del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía explica claramente que ambas posturas tanto la reduccionista (modelo biomédico) como la exclusionista (modelo psicológico) “deben considerar el todo, desde factores biológicos, hasta factores psicológicos sociales y culturales para poder hacer una evaluación crítica”

Y añade que se han realizado estudios comparativos de los cerebros de niños sanos y niños con el TDH y no se ha encontrado diferencias significativas, por lo que para el investigador pensar que un medicamento va a curar por completo algo que tal vez se encuentre en la psique del niño es una postura muy radical. “Es mucho más sencillo acabar con el “problema” dándole a los pequeños una pastilla que los tranquilice, en lugar de invertir en ellos mucho tiempo y esfuerzo en una cura alternativa como por ejemplo la psicología” opina el diputado Cabello Gil.

“Desafortunadamente muchos padres no van más allá del problema y se dan por vencidos muy rápido” opina la especialista en neurología pediátrica Matilde Ruiz García del Instituto Nacional de Pediatría “para muchos es muy complicado y costoso estar realizando estudios clínicos, no para confirmar la existencia del TDAH en un electroencefalograma, sino para poder descartar lesiones reales en el cerebro del niño que estén originando el problema”.

Por lo pronto, la situación comienza a escapársele de las manos a la Secretaría de Salud y a la Secretaría de Educación Pública, pues según Cabello Gil “los niños no deben ser etiquetados, discriminados y excluidos de las escuelas sólo por padecer este desorden, sin embargo, se tiene conocimiento de niños a quienes se les condiciona la permanencia en el sistema escolar a costa de seguir tratamientos con fármacos como Ritalin, por lo tanto es momento de que comience a vigilarse el uso indiscriminado de este tipo de fármacos”, puntualiza el legislador.

Mientras tanto ambas dependencias guardan silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario